Rodovaldo Rodríguez Hernández es un cabaiguanense fiel a sus raíces y a su pueblo querido, al cual no olvida y siempre lo lleva presente en muchas de sus obras

Por: Hugo Crespo Crespo
Rodovaldo Rodríguez Hernández, nació en 1946, en el barrio “El Jobo”, municipio de Cabaiguán, actual provincia de Sancti Spíritus. A pesar de su origen humilde, pudo cursar sus estudios primarios y secundarios en la referida localidad.
En 1961 se incorporó a la campaña de alfabetización ejecutando esta tarea en el municipio de Jiguaní, en la antigua provincia de Oriente.
En 1965 inició estudios de nivel medio en Camagüey, concluyéndolos en 1968.
Por sus buenos resultados docentes fue seleccionado para continuar el nivel superior en la Universidad Central de Las Villas. En 1970 decidió cambiar el perfil de su carrera y partir hacia la Unión Soviética, graduándose de Ingeniero Geólogo en la especialidad de “Búsqueda y exploración de yacimientos de petróleo y gas” en el Instituto de Química y Petróleo “Mezhadí Azizbiekov” en la ciudad de Bakú.
Sus inquietudes, gustos e inclinaciones literarias se despertaron considerablemente cuando conoció las obras de Balzac, Víctor Hugo, Hemingway, Carpentier, Onelio Jorge Cardoso, Cortázar, García Márquez, León Tolstoi, Vicky Baum, Antón Chéjov, y William Faulkner entre otros. Todo su quehacer lo llevaron al dominio de los idiomas ruso e inglés.
Su trayectoria laboral comenzó en la Dirección General de Geología y Geofísica en Ciudad de La Habana en el año 1976.
Durante toda su vida profesional desempeñó diversas tareas técnicas y responsabilidades alcanzando las de jefe de los Departamentos de Geología Regional y Pronóstico de Reservas del Centro de Investigaciones y Desarrollo del Petróleo hasta 1990. Desde entonces y hasta su jubilación trabajó como Experto en Exploración Petrolera en la Unión CUBAPETRÓLEO y miembro del Consejo Científico de dicha institución.
Rodovaldo, cumplió misiones técnicas y de asesoramiento en los siguientes países: Canadá, México, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Brasil, Ecuador, Unión Soviética, Checoslovaquia, Polonia, Francia, España e Inglaterra
Asistió como delegado de Cuba a diversos eventos petroleros nacionales e internacionales, incluyendo el Octavo Congreso Mundial del Petróleo en Moscú en 1980.
Es miembro fundador de la Sociedad Cubana de Geología participando como delegado y jurado en los todos congresos celebrados en Cuba por esta organización.
Cuenta con un aval de decenas de publicaciones científico-técnicas nacionales e internacionales, así como numerosos informes y proyectos técnicos relacionados con su especialidad. En múltiples ocasiones ejerció labores docentes y de tutor de tesis de grado.
Ha incursionado, desde sus tiempos como estudiante en la URSS, de forma atrevida y totalmente autodidacta en el complejo, exigente y a la vez cautivador mundo de la literatura y de la poesía, como vía de escape para satisfacer sus gustos personales, sin abandonar su especialidad profesional. De esta manera ha escrito varios ensayos, cuentos y crónicas que guarda en su archivo personal.
En el libro “Historias y chilindrinas petroleras” es coautor y al mismo tiempo autor de varios trabajos, también es coautor del libro titulado “Los geólogos también contamos” contemplativo de cuentos, crónicas y anécdotas de la actividad petrolera en Cuba, todos cargados de sátira, fino humor y experiencias propias del trabajo profesional.
En su apreciación personal considera que la obra mejor acabada es el ensayo
“Las caricias de la vida” que presentó al concurso de Casa de las Américas en el año 2013.
En el 2016 concluyó un compendio de crónicas, cuentos y relatos titulado “El refugio de los canarios”, que aún no ha presentado en ningún evento literario. En este mismo año uno de sus poemas es llevado al pentagrama en un bolero interpretado por Ramón Rodri en la séptima edición del Festival de Música Popular Arturo Alonso Díaz, con el título Eres tú mujer.
Con talento e imaginación ha incursionado en la poesía, pero, sin dudas, en la narrativa es donde dispone de mayor capacidad intelectual para tratar y reflejar lo real mágico y maravilloso que le rodea.
Rodovaldo con casi 80 años a cuestas y durante toda su vida, una de las cuestiones de la cual no se ha podido desatar es de su querida tierra cabaiguanense, la cual es protagonista de muchas de sus narraciones y sobre todo, su barrio El Jobo, sitio al que en años atrás acudía de vez en vez, desde La Habana donde reside, donde aún tiene sus ancestros y es bien recibido. Hace un tiempo a Rodovaldo no se le ve en su Cabaiguán querido, pero sus oportunas llamadas y el envío de algunas obras escritas por él, dan fe de que sigue siendo un geólogo y literato cabaiguanense, fiel a su tierra.
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