Es conocido que este animal en ocasiones pone en conjunto, pero esa cifra de huevos en esta nida es asombrosa y resulta un reto para cualquiera. Esperemos entonces para poder ver los guineos ya acompañados de su madre
Por: Daisy Pilar Martín Ciriano
En todas las sitierías de Cuba los campesinos han criado aves de corral, entre otros animales. En mayor o menor número, las gallinas, guanajos, pavos, patos y guineos, se alternan en su crianza.
Con estas crías en cada hogar no falta la carne y los huevos, pero sí llevan cuidado y dedicación. Esta crianza ha variado alguna de sus formas y ya no se hace necesario seguir una gallina con una pita para encontrarle el nido, baste con situarle un cajón o buscarle un espacio para que haga su nida cerca de la casa. No así se puede hacer con las guineas.
Las gallinas guineas, aves un poco jíbaras y recelosas de pintico plumaje, se mueven en manadas y son muy ágiles al despegar el vuelo al sentir peligro. Lo curioso de estas aves radica también en que ponen más huevos que el resto de las mencionadas y que sus sacas de polluelos son muy difíciles de capturar por lo escurridizos y ligeros que resultan. A diferencia de otras aves, las guineas se mantienen echas sobre sus huevos durante 28 días y al cabo, pues aparecen los diminutos guineítos.
En una finca, muy cercana a Cabaiguán se ha dado un asombroso caso con una nida de guinea. Esta familia tiene por costumbre observar las crías y el rumbo que cogen después de comer y resultó curioso la rapidez con que se desplazó una de las guineas hasta unos 50 metros de la vivienda. Al seguirla rato después y para asombro de la familia y de muchos, el campesino encontró la nida. Ya no había animal alguno poniendo, pero la roleta de huevos era asombrosa. ¡Nada más y nada menos que 76 huevos de guinea! Indudablemente la mayor parte de las hembras se encuentran poniendo en ese nido común y todavía ninguna se ha echado.
Es conocido que este animal en ocasiones pone en conjunto, pero esa cifra de huevos es asombrosa y resulta un reto para cualquiera. Por ahora, esos campesinos han ido recogiendo poco a poco los huevos, porque si los retirara de un tirón, las ponedoras abandonarían su nido. Lo que si queda claro es que en ese nido común no se puede dejar echada a ninguna de las ponedoras, porque a la hora de la incubación destruirían muchos huevos. Pero no importa, la familia tiene recogida una buena cantidad de huevos para las gustadas tortillas para el desayuno.
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