Los revendedores tienen ganancia abierta con los sellos de timbre. Se las ingenian para acaparar el producto y lanzarlo en esta danza de los miles, cuando las cifras de dos dígitos pertenecen al pasado
Por: Alexey Mompeller Lorenzo
Sin el protocolo de una subasta pero con toda la emoción, la venta de sellos de timbre en Cabaiguán compite con cualquier expendio de bienes de valor realizado con carácter público.
La comercialización intermitente del producto en la red de establecimientos de Correos de Cuba del municipio responde a limitaciones para su impresión. Lo notificó esa instancia a nivel del país cuando apenas teníamos noción del disparo del valor de los sellos en el mercado negro.
El incremento de las tramitaciones de naturaleza diversa por parte de los cabaiguanenses atenta además contra la adquisición de los tan demandados sellos, denominaciones cotizadas a precios galácticos desde finales de 2022 y el desabastecimiento pica y se extiende.
No los encontrará en ningún estanquillo de Correos. Búsquelos con quienes saben extorsionar bolsillos en Revolico, en las cercanías de los lugares estatales donde a diario acude la población para gestionar procesos y no dudo que alguien, por lo que pide, los entregue a domicilio.
Valores más que multiplicados con respecto a la tarifa original tienen hoy los sellos de timbre que al llegar a cuenta gotas a las unidades de Correos, su expendio queda regulado.
El control urge para frenar otra ilegalidad en temas de comercialización, pero únicamente la constante permanencia de los sellos pondrá punto final a este “trapicheo” de estampillas.
Lo que parecía un remedio, el pago físico o digital del valor del impuesto sobre documentos públicos para la prestación de servicios en entidades de Justicia, al menos en Cabaiguán no se sienten con fuerza los vientos de satisfacción.
Aunque esperanzadora, la estratega deja sin aliento a quienes van en busca de la solicitud y ni siquiera disponen de la versión más reciente de Transfermóvil, necesaria para la asistencia.
La digitalización resulta imprescindible para transformar la sociedad; mas la mayoría de las personas no dominan las bondades del salto tecnológico. Ni en los establecimientos siquiera tienen la experiencia o la intención de incorporar la prestación, pensada para agilizar los procesos. Mientras engordan las filas del descontento.
Incluso, no en todas las instituciones de aquí aplican la alternativa. Para trámites de identidad y migratorios solo en La Habana autorizaron esa vía, que una vez activada en el territorio beneficiará la liquidación de gravámenes sobre estos documentos. Los revendedores tienen ganancia abierta con los sellos de timbre. Se las ingenian para acaparar el producto y lanzarlo en esta danza de los miles, cuando las cifras de dos dígitos pertenecen al pasado.
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