Entre pedradas, gritos, anécdotas y caricias, caminó las calles de Cabaiguán por más de ocho décadas Manuel de Jesús Ramírez (Vilo), junto a los desafinados tonos de la guitarra, escasa de cuerdas y la vara de pescar tantas veces sin pita, porque según sus palabras las biajacas, eran amigas y venían solas a la orilla.
Por: Aramis Fernández Valderas
De la Fuerza descomunal de Vilo, fue testigo Tomeguín, boxeador espirituano invicto, hasta que la necesidad de unos reales condujo al cabaiguanense al cuadrilátero, también varias dependencias comerciales conservan las huellas del lanzador de las ¡cien millas¡.
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