viernes, noviembre 22El Sonido de la Comunidad

Vitrinas: tradición hogareña de antaño

En tiempos de antaño y no muy remotos, existía la tradición hogareña de tener vitrinas con losas. Esta costumbre muy generalizada era posible para las personas que tenían cierto nivel adquisitivo y que se empeñaban en tener en una esquina del comedor o la sala una vitrina llena de tapeticos bordados y de piezas de losa refinada. Si bien no en todo los casos era tan refinada, lo cierto es que ese mueblo resultaba la atracción del espacio donde estaba colocado. Dentro de ella se veían juegos de tazas con hermosos adornos y paisajes, finas copas, algunas de colores muy intensos como el llamado verde botella, así como platos, tazas de café, cafeteras y otras atractivas cristalerías que atraían a todos los visitantes.

Hoy, esa costumbre ha desaparecido tanto en las viviendas del campo como en la ciudad, solo perdura en las de algunas personas que aman su patrimonio familiar y que lo mantienen intacto.

En días recientes fueron tomadas unas imágenes de exponentes que se encuentran en Potrerillo. La propietaria conoce que su madre las conservó desde su matrimonio, hace más de 70 años. Hoy estas hermosas piezas están en sus manos y las mantiene, al igual que sus ancestros, limpias y preservadas por una cerradura en la puerta. Ella explica que esas piezas generalmente no se usaban en los hogares, solo se hacía en casos muy excepcionales cuando la ocasión lo requería.

También por estos días se captaron imágenes en un hogar de la zona urbana de Cabaiguán, donde una señora de avanzada edad aún conserva utensilios y vajillas heredadas de su tía y de su madre. Dos vitrinas que son todo un primor. Los objetos que se atesoran en su interior son de exquisito gusto y bien pudieran considerarse museables, por su rareza y valor.

Hoy, es necesario resaltar estas tradiciones y más aún, en estos momentos cuando la modernidad impone cambios y costosos estilos, pero como siempre mirar hacia atrás es recordar nuestras costumbres y a nuestros ancestros. Todavía se puede afirmar -que lo bueno, no pasa.

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